7.3.05

Yo también la he visto

Pues sí, por fín he visto la película española de moda, "Mar Adentro"; y me ha roto los esquemas que llevaba.

Yo no soy un gran experto en cine, pero no me parece la mejor película de Amenábar, quizá por las limitaciones que impone la realidad. Igual le han dado el Oscar para compensar otras anteriores.

Por otro lado, me esperaba que fuese muy parcial, y sin embargo la veo bastante neutral en el tratamiento del tema. Aparecen opiniones para todos los gustos, aunque algunas de ellas sean ridiculizadas con algo de mal gusto y manipulación (creo que la escena con el cura sólo tenía un propósito: ridiculizar).

Sobre el personaje protagonista, me parece un soberbio y un machista, y no me aporta ningún motivo válido por el cual quiera morir, salvo un ego tal que si no funciona la tercera pierna, ya no se es ser humano.

¿Qué sería de Stephen Hawking y la ciencia universal si por el hecho de no poder moverse hubiera decidido morirse? ¿Acaso lo más valioso de una persona es la capacidad de pensar, transmitir y relacionarse con los demás?

Creo que lo que subyace tras el pretendido problema, y lo que se intenta ocultar por muchos medios, es una falta de valores absoluta, una indefinición de lo que es ser persona y una sobrevaloración de los medios materiales, por encima de nuestra propia mente.

Parece que si ya no puedes conducir un coche, ir a bañarte en la playa o bailar toda la noche en una discoteca, uno deja de ser persona para convertirse en otra cosa. Pues no. Lo que nos diferencia de los animales es precisamente la capacidad de pensar, de amar, de relacionarnos con los demás de una forma no instintiva.

2 Comments:

At 6:10 p. m., Blogger Soni said...

Hola de nuevo, Javier:

Yo también vi hace poco la película, gracias a la habilidad de hacker informático de mi primo, que me la regaló como muestra de su gran talento delictivo.

A mi me gusta el cine, pero es díficil conseguir hoy en dia ver una pelicula que te haga pasar un "gran rato" no solo un "buen rato". Creo que Mar Adentro es del primer caso.

Comparto en parte tu opinión pero las personas estamos hechas de pastas muy diferentes y debido a los matices de la película estoy segura de que han habido opiniones encontradas.

Claro que la vida es algo más que mobilidad, y por supuesto que, ante todo, somos seres pensantes con una capacidad infinita de relacionarnos y amar. En la vida hay que saber disfrutar de todo esto y de las pequeñas cosas que esta nos aporta. ¿Pero y si esas pequeñas cosas varian en concepto en función de cada persona?. Para ti un gran moemento puede ser una charla en el salón de tu casa, para otro un paseo por el bosque bajo una noche estrellada en soledad. La vida es demasiado compleja para definir que es lo que nos llena de ella y que no, y de hecho, a cada uno de nosotros nos satisface de manera diferente.

Yo soy asistente social. Debería valor la vida por encima de todo y, quizás, un poco por valores éticos, no estar en conformidad con la eutanasia. Sin embargo, intenté ponerme en la piel del protagonista y no creí poder soportar tantos años es esa situación.

No podría nadar sola en el mar como tanto me gusta, ni correr detrás de mi perra Isis cuando paseamos entre las viñas. Si tuviera hijos no podría culumpiarme con ellos ni tirarme de un tobogán. Seguro que hay infinidad de cosas que podría a hacer pero habría otra infinidad, las que más me gustan, que siempre tendría limitadas.

Yo cuide hace unos años una anciana mujer, a quien cariñosamente llamaban Ia (abuela en canario) que habia sufrido una ambolia y no movía mas que una mano y bulbuceaba sonidos inconexos. Por supuesto, estaba encamada. Yo he visto y he sufrido lo que sufria ella y sobretodo lo que sufría la familia al verla tan imposibilitada, sobretodo, cuando recordaban con cariño, lo enérgica y firme, que había sido toda su vida. Yo leia dia a dia en sus ojos como deseaba irse en paz, como sentía que era una carga hasta para mi que era la última persona a quien veia antes de dormirse. También vi en los ojos su muerte una semana antes de que pasara y no vi miedo, sino paz y mucho cariño. Ya había vivido y era hora de la retirada.

Ramón Sanpedro, no se rindió el primer año de su incapacidad, soportó muchos años postrado en una cama después de haber sido un viajero incesante. Vió dia a dia como su familia entregaba parte de sus vidas por él y, cuando creyó que ya había vivido suficiente decidió irse. Creo que no es cobardía.
Hay que aplaudir a los que se quedan a pesar de que la vida les golpea con tal adversidad pero, del mismo modo, no hacer prejuicios con los que creen que este ya no es su lugar. Nuestra vida es nuestra y hemos de decidir como, cuando y en que plano queremos vivirla. Mi abuelo sufrío sus últimos dias de cáncer lo indecible y yo aún veo las secuelas de eso en mi madre. Si hubiera podido le hubiera evitado aquel dolor.
Contra lo que piense mucha gente yo creo que Ramón nos enseñó a morir pero también a vivir. Cuando acabé de ver las peli, y mientras sonaban los titulos finales, que para mi son un canto a la vida, sentí más que nunca, pese a las difucultades de los útlimos meses, la maravillosa que era la vida.
Creo que a los que nos ha gustado la pelicula, como a ambos, aunque dicrepemos, deberiamos leer los poemas que escribió el protagonista. Una tarea pendiente para comprender un poco mejor el alma de quien la vida golpea de esa manera, no para cambiar de opinión, sino para comprender cuan complejos somos a veces las personas. Un beso.

 
At 6:21 p. m., Blogger Javier said...

Hola de nuevo, ankheseamon.

Por supuesto que todo es relativo, y que hay casos y casos. El de Ia, que tú comentas, es mucho más extremo que el que trata la película, y quizá merezca otra reflexión.

Llevas razón, debería leer los poemas de este hombre. A ver si los encuentro por algún lado.

Lo que digo yo (seguramente oido de otro): Si el instinto más básico de toda especie animal es el de supervivencia... cuando éste desaparece ¿es porque hay algún tipo de trastorno psicológico cuya causa bioquímica aún no se ha descubierto?

 

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